jueves, 14 de junio de 2012

Pimientos caramelizados con queso crema

Aunque para esta receta toca currar un poco, el resultado merece la pena: es el típico plato que como te despistes ni lo pruebas, así que yo recomiendo sacarlo cuando ya te vayas a sentar, porque si no en dos veces que vuelvas a la cocina a por unas servilletas y más pan habrá desaparecido.

Ingredientes:
  • 1 bote de tiras de pimientos de piquillo
  • 1 tarrina de queso crema tipo Philadelphia
  • 2 hojas de gelatina (yo utilizo las de Mercadona)
  • 1 cucharada sopera de crema de vinagre de Módena
  • 1 cucharada sopera de azucar
  • 1 pellizco de sal
  • 1 cucharada de aceite
  • mantequilla para untar el molde
  • 30 cc de leche

Cacharritos:
  • Una sartén pequeña
  • Un cazo pequeño
  • Un plato hondo
  • Un cuchillo fino
  • Un molde (tiene que tener el doble de capacidad que la tarrina de queso, yo utilizo una tartera cuadrada mediana)

Cómo se hace:
  • Escurrir el líquido del los pimientos y cortar en trocitos muy pequeños
  • Poner la sartén a calentar con el aceite, y antes de que eche humo añadir el pimiento con cuidado para que no salpique
  • Añadir la crema de vinagre de Módena, el azúcar y un pellizco de sal: tras evaporarse casi todo el líquido tiene que tener un sabor que tire a agridulce
  • En un plato hondo con agua fría remojar una hoja de gelatina hasta que esté blandita
  • Coger la hoja de gelatina con cuidado, porque estará resbaladiza, sacudir un poco el agua y añadir a la sartén de los pimientos removiendo hasta que se deshaga.
  • Untar el molde con un poco de mantequilla y verter los pimientos en una capa uniforme, dejando que se enfríe del todo para que la gelatina solidifique
  • En el cazo ponemos todo el queso crema junto con la leche y una pizca de sal, y lo calentamos a fuego muy suave sin que llegue a hervir, dando vueltas para que la crema sea uniforme
  • Remojamos ahora la otra hoja de gelatina, la cogemos cuando esté blanda y la añadimos al cazo removiendo bien, y se retira del fuego
  • Se coge el molde con los pimientos, que tiene que estar bien solidificado, y se rasca ligeramente con un tenedor por toda la superficie para que las dos capas de unan de manera estable
  • Se vierte la crema de queso de manera uniforme para que la capa sea igual por todo el molde
  • Se deja enfriar hasta que el conjunto esté solidificado
  • Antes de desmoldar se pasa un cuchillo fino por todo el borde del molde, ahuecando un poco para que se despegue bien.
  • Servir con cuadraditos de pan tostado

Trampas:
  • Yo suelo cortar con la tijera de cocina dentro del bote (así no se desparraman) hasta que los trocitos de pimiento sean muy pequeños, pero si alguien se anima a la tabla y el cuchillo que se prepare, porque se pringa todo de rojo y el pimiento tiene una capacidad asombrosa para escapar entre los dedos
  • Para acelerar  el proceso se puede meter el molde con los pimientos en la nevera, pero hay que tener paciencia: hasta que la capa de pimiento no esté bien firme no se puede comenzar a preparar la de queso, que se acaba hundiendo y aunque está igual de bueno pierde glamour
  • Si hay mucha prisa cogemos un atajo: desmoldar una tarrina de queso crema en el centro de un plato bonito, alisar la superficie para que quede pintona y rodear con los pimientos rehogados sin la gelatina (hay que dejar evaporar bien todo el líquido): tampoco se me ha quejado nadie
  • ¡¡Ay madre que no tengo crema de vinagre balsámico!!. A veces yo tampoco, pero una cucharada rasa de miel con una cucharadita de vinagre corriente dan el pego, y si tienes caramelo líquido unas gotas dan el color tostado y no se entera nadie... si no lo cuentas

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