Ingredientes:
- 1 clara de huevo
- 2 cucharadas soperas colmadas de salvado de avena
- 1 cucharada sopera generosa de queso batido desnatado (60 g) o medio yogur natural
- unas gotas de aceite de oliva o girasol
Caharritos:
- 1 cuchara
- 1 bol mediano
- 1 sartén antiadherente
- 1 hoja de papel de cocina
- 1 espátula fina
Cómo se hace:
- Poner la clara, el salvado y el queso en el bol, y batir todo junto con la cuchara de medir hasta que la mezcla sea uniforme
- Dejar reposar al menos 5 minutos para que el salvado se esponje
- Poner la sartén al fuego fuerte con unas gotas de aceite, y extenderlas por toda la superficie con la ayuda de un papel de cocina para que la impregnación sea muy fina y no se peque la masa
- Verter la mitad de la masa en la superficie caliente y bajar el fuego a media intensidad
- Dejar la tortita 3 o 4 minutos, hasta que la masa pasa de color blanquecino a un poco dorado
- Dar la vuelta con una espátula fina para que no se desmorone y terminar de cuajar por el otro lado otros 2 o 3 minutos
- Repetir el proceso para cuajar la otra tortita
Trampas:
- Yo prefiero utilizar un huevo fresco en vez de claras líquidas de las que vienen envasadas: se pueden separar con la cáscara o con el truco de la botella de agua mineral (ver Youtube) aunque a mi no me ha salido nunca
- Hay que tener paciencia: si se arrebata el fuego se queman por fuera y se quedan crudas por dentro
- Recientes están más buenas, de un día para otro están aceptables calentándolas 1 minuto en el microondas
- El salvado de avena a veces viene muy grueso, como si fuera forraje para ganado, por lo que molerlo con un molinillo o la batidora (tapar la boca del vaso alrededor de la varilla con un paño o con film de cocina para que no salga volando) afina mucho la textura dejandola casi como harina y las tortitas salen más tiernas y esponjosas
- Yo prefiero rellenarlas con algo salado: el dulce lo dejo para cuando me salto la dieta
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